Por toda la vida hemos escuchado que el martes 13 es un día fatídico, temible, de muy mala suerte, un día dominado por Marte, el dios de la guerra, la misma que ha de enfrentar el expresidente Trump en los tribunales luego de una nueva comparecencia ante un juez, la cual se llevó a cabo el marte 13 de mayo.
El acusado, por supuesto, se declaró no culpable de los 37 cargos que le imputó un Gran Jurado en Miami por el manejo de documentos clasificados en Mar-a-Lago, su residencia en el sur de Florida. “Ciertamente nos declaramos no culpables”, señaló en la sala Todd Blanche, abogado de Trump durante la audiencia. Al parecer el único que le queda porque todos los demás han renunciado a defenderlo.
Si bien el juez Jonathan Goodman presidió la lectura de cargos contra Trump el martes 13 en Miami, Aileen Cannon será la que decida la rapidez con la que el caso irá a juicio, supervisará la selección de los miembros del jurado y determinará qué pruebas se pueden presentar al jurado. Un juicio que puede dilatarse hasta después de las elecciones del 24. Una practica común, por otra parte, en la historia jurídica del ex mandatario.
Aileen Cannon nació en Colombia y es de madre cubana. Fue nominada por Donald Trump para el cargo de jueza federal y ahora estará a cargo del juicio por los documentos clasificados hallados en la casa del ex presidente y ahora nuevamente candidato a ocupar la silla presidencial. No deja de ser irónico que una inmigrante nominada por él mismo, pueda condenarlo en esta ocasión.
Hasta donde hemos visto, las acusaciones presentadas hasta ahora, en New York y en Florida, incluso le han servido para consolidar su posición como el candidato preferido de los republicanos, sino que, como es usual en él que no da puntada sin dedal, le ha permitido recaudar millones de dólares para enfrentar los cargos en los tribunales.
En su defensa, aparte de recurrir a la manida frase de una “gran caza de brujas”, él pretende que creamos que el solo hecho de que haya pensado en desclasificar documentos secretos que contienen información crucial sobre la defensa nacional, es una potestad que tuvo y sigue teniendo, según su propia interpretación
Difícil de entender para qué se llevó centenares de documentos clasificados como secretos que realmente pertenecen a los archivos nacionales, en 15 cajas, para guardarlos de una manera extravagante, por decir lo menos. Hasta en la ducha se encontraron documentos cuando su propiedad fue requisada por el FBI.
Aunque fuera condenado a prisión antes de las elecciones, podría seguir siendo candidato. E incluso, algunos expertos opinan, podría llegar a gobernar desde la cárcel si es elegido presidente. Políticamente es poco probable que esto desanime a sus partidarios, quienes lo defienden y lo consideran víctima de una artimaña política.
Este martes 13 pudo ser el inicio de su peor pesadilla y muy bien la alegría para aquellos que esperamos que se haga justicia sin importar que tan alto haya podido llegar el acusado, claro si se le encuentra culpable.
Throughout our lives, we have heard that Tuesday the 13th is a fateful, fearsome day, filled with bad luck, a day dominated by Mars, the god of war, the same war that former President Trump will face in the courts after a new hearing took place on Tuesday, May 13th.
The defendant, of course, pleaded not guilty to the 37 charges brought against him by a Grand Jury in Miami for mishandling classified documents at Mar-a-Lago, his residence in southern Florida. “Certainly, we plead not guilty,” said Todd Blanche, Trump’s lawyer, during the hearing. Apparently, he is the only one left because everyone else has resigned from defending him.
While Judge Jonathan Goodman presided over the reading of charges against Trump on Tuesday the 13th in Miami, Aileen Cannon will be the one to decide the speed at which the case will go to trial, oversee the selection of jury members, and determine which evidence can be presented to the jury. A trial that could extend beyond the 2024 elections. A common practice, by the way, in the legal history of the former president.
Aileen Cannon was born in Colombia and has a Cuban mother. She was nominated by Donald Trump for a federal judge position and will now preside over the trial for the classified documents found at the former president’s house, who is now once again a candidate for the presidential seat. It is ironic that an immigrant nominated by himself may be the one to convict him on this occasion.
From what we have seen, the accusations presented so far in New York and Florida have not only served to solidify his position as the preferred candidate of Republicans but, as usual for him, who never misses an opportunity, it has allowed him to raise millions of dollars to face the charges in court.
Apart from resorting to the worn-out phrase of a “witch hunt,” he wants us to believe that the mere fact that he considered declassifying secret documents containing crucial information about national defense is a power he had and continues to have, according to his own interpretation.
It is difficult to understand why he took hundreds of classified documents that actually belong to national archives in 15 boxes, storing them in an extravagant manner, to say the least. Documents were also found in the shower when his property was seized by the FBI.
Even if he were to be imprisoned before the elections, he could still be a candidate. And some experts believe he could even govern from jail if elected president. Politically, it is unlikely that this will discourage his supporters, who defend him and see him as a victim of a political scheme. This Tuesday the 13th could have been the beginning of his worst nightmare and perhaps the joy for those of us who hope for justice to be served, regardless of how high the accused may have risen, of course, if found guilty.