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Limitaciones laborales de las mujeres: ¿ser o no ser madre?

>Alejandra Henritte Alcayaga

El pasado 8 de marzo conmemoramos el Día Internacional de la Mujer, fecha destinada a celebrar la lucha por la igualdad de género y los derechos de las mujeres en todo el mundo. Sin embargo, a pesar de los avances, aún enfrentamos desafíos significativos en el ámbito laboral, especialmente en lo que respecta a las limitaciones que enfrentan las mujeres, sean madres o no.

La idea de que una mujer sin hijos tiene más tiempo disponible para el trabajo es una situación que vivimos quienes no tenemos descendencia. Se da por hecho que podemos estar más disponibles que quienes tienen hijos o hijas, perpetuando así una discriminación en el lugar de trabajo al crear expectativas desiguales sobre las mujeres basadas en su elección de no tener hijos.

Por ejemplo, en muchas empresas, es común que, durante las épocas de vacaciones, como el verano, se dé prioridad a las personas que tienen hijos para salir de vacaciones. Aunque esta práctica puede tener buenas intenciones al considerar las necesidades de las familias, también refleja un sesgo arraigado y una discriminación sutil hacia aquellas que no tienen hijos, visible también en la asignación de turnos y ciertos tipos de tareas.

En mis años laborales, siempre he tenido empatía por entender que las personas con hijos quieran coordinar sus vacaciones con las de sus hijos. Sin embargo, tras años de trabajo, me he dado cuenta de que esta flexibilidad a veces se convierte en una obligación que invisibiliza un estilo de vida sin hijos, el cual también requiere de ciertos tiempos. Que una mujer no tenga hijos no significa que no tenga una vida familiar.

Se asume erróneamente que las mujeres sin hijos tienen una disponibilidad ilimitada y un compromiso exclusivo con su carrera profesional, ignorando sus responsabilidades y compromisos fuera del ámbito laboral.

Por otro lado, las mujeres con hijos enfrentan sus propias formas de discriminación en el trabajo. A menudo, se les niegan oportunidades de empleo o ascenso debido a prejuicios sobre su disponibilidad o compromiso, basados en la idea errónea de que las madres no pueden dedicarse completamente a sus carreras. Además, pueden enfrentar obstáculos como la falta de políticas de conciliación laboral y familiar, discriminación salarial o la falta de apoyo para el cuidado infantil, dificultando su participación plena y equitativa en el ámbito laboral.

Es momento de reconocer y respetar el tiempo y las necesidades de todas las mujeres en el lugar de trabajo, independientemente de su elección de ser madres o no. Es imprescindible que las empresas y las políticas laborales adopten enfoques inclusivos y equitativos que reconozcan y valoren la diversidad de experiencias y elecciones de las mujeres, proporcionando un entorno laboral que apoye tanto a las que deciden ser madres como a aquellas que no. Solo así podremos construir sociedades más justas, equitativas y respetuosas, donde todas las mujeres puedan desarrollarse plenamente y alcanzar su potencial sin ser juzgadas o limitadas por su situación familiar.

Las mujeres no son las únicas responsables de criar; también lo son los padres y cualquier persona que tenga el cuidado de un niño o niña. No debemos seguir limitando la crianza a las madres, ni limitar sus capacidades y tiempos de desarrollo personal.

Labor limitations for women: to be or not to be a mother?

On March 8, we commemorated International Women’s Day, a date intended to celebrate the fight for gender equality and women’s rights worldwide. However, despite progress, we still face significant challenges in the workplace, especially regarding the limitations women face, whether they are mothers or not.

The idea that a woman without children has more time available for work is a situation that those of us who do not have children experience. It is assumed that we can be more available than those who have children, thus perpetuating discrimination in the workplace by creating unequal expectations for women based on their choice not to have children.

For example, in many companies, it is expected that, during vacation times, such as summer, priority is given to people who have children to go on vacation. While this practice may be well-intentioned when considering the needs of families, it also reflects deep-rooted bias and subtle discrimination toward those without children, visible in the allocation of shifts and certain types of chores.

In my working years, I have always had empathy and understanding that people with children want to coordinate their vacations with those of their children. However, after years of work, I have realized that this flexibility sometimes becomes an obligation that makes a lifestyle without children invisible, which also requires certain times. Just because a woman doesn’t have children doesn’t mean she doesn’t have a family life.

It is wrongly assumed that women without children have unlimited availability and an exclusive commitment to their professional careers, ignoring their responsibilities and obligations outside the workplace.

On the other hand, women with children face their forms of discrimination at work. They are often denied employment or promotion opportunities due to biases about their availability or commitment based on the misconception that mothers cannot fully devote themselves to their careers. In addition, they may face obstacles such as the lack of work-life balance policies, wage discrimination, or lack of support for childcare, making it difficult for them to participate fully and equitably in the workplace.

It’s time to recognize and respect the time and needs of all women in the workplace, regardless of their choice to be mothers or not. Companies and workplace policies must adopt inclusive and equitable approaches that recognize and value the diversity of women’s experiences and options, providing a work environment that supports both those who choose to be mothers and those who do not. Only in this way can we build more just, equitable, and respectful societies where all women can fully develop and reach their potential without being judged or limited by their family situation. Mothers are not the only ones responsible for parenting; so are fathers and anyone who cares for a child. We must not continue to limit parenting to mothers or limit their capacities and time for personal development.