Maternidad subrogada; ciencia y ética
¿Cuál es el límite en el procedimiento de la maternidad subrogada? Muchos se han hecho esta pregunta luego de que Ana Obregón, actriz española, haya salido en la portada de una revista contando que sería madre/abuela mediante la técnica de maternidad subrogada en EE.UU. Ha gestado a Ana Sandra, su nieta biológica, hija de Aless Lequio quien es su hijo. Si se enredaron, yo también en un principio.
Ana Obregón utilizó la técnica de maternidad subrogada en Estados Unidos para concebir a la hija de su hijo, Aless Lequio, quien falleció en 2022 a causa de un cáncer. Manifestó que cumplió la última voluntad de su hijo fallecido, la cual era ser padre. Este guardó muestras de su esperma, cuando comenzó el tratamiento de quimioterapia, las que fueron utilizadas para lograr el objetivo de la gestación junto con una donante de óvulo y una mujer que alquiló su vientre.
La maternidad subrogada, conocida también como gestación por sustitución o vientre de alquiler, es una técnica de fertilización asistida a través de la cual una mujer se compromete a llevar adelante un embarazo y entregar al niño o niña luego del nacimiento a otra persona o pareja, renunciando a sus propios derechos como madre.
La historia ha suscitado un debate tanto legal como ético, sobre todo en España, ya que la legislación española considera esta práctica como una forma de violencia contra la mujer, por tanto, no es algo legal en dicho país y existe toda la discusión jurídica sobre cómo se la llevará a España a vivir.
Existen dos tipos de gestación subrogada; la comercial que es legal, es decir, existe legislación que regula dicho procedimiento y esto ocurre en países como Rusia, Ucrania, Israel, Georgia, Kazajistán, Bielorrusia o algunos estados de Estados Unidos. La otra es la altruista que también es legal, pero solo debe realizarse con la finalidad altruismo, tal como ocurre en Canadá, Reino Unido, Grecia, Australia, Brasil, Uruguay, India o Sudáfrica.
Mientras estoy redactando, no sé si estoy escribiendo un cuento de ciencia ficción o de realidad, de verdad me superan este tipo de cosas porque me preocupa más que todo el desarrollo de ese ser humano. La elección de ser progenitores con finalidades extremadamente egoístas realmente me supera, me deja sin palabras empáticas. Además, el dinero que se puede ver involucrado en estas situaciones es peligroso, ya que se puede convertir en un gran negocio y explotación sobre las mujeres. Estuve leyendo que puede pagársele a la mujer que alquila su vientre unos 30.000 dólares como mínimo.
Hace tiempo que escribo sobre estas nuevas formas de concebir hijos e hijas, y la verdad es que jamás me había imaginado esta ecuación. No puedo dimensionar como una persona después de muerto desea ser “padre”, junto con que exista una persona que materializa ese delirante deseo. ¿No sé si Ana estará buscando un reemplazo por el vacío que dejo la partida de su hijo? Dijo en la entrevista que no volverá a estar sola y ¿ha pensado en la niña? Ella si lo estará.
Nos enseñan a temerle a la muerte y a temerle a la soledad, albergamos esos sentimientos de miedos por el solo hecho de existir. A veces pierdo la esperanza en la humanidad, quizá esta sea mi columna menos esperanzadora pero no tengo más palabras…tal como dice la gran poeta y pedagoga Gabriela Mistral, Premio Nobel de Literatura, “la humanidad es todavía algo que hay que humanizar”.
Surrogacy Motherhood: Science and Ethics
What is the limit of surrogate motherhood procedures? Many have asked this question after Ana Obregón, a Spanish actress, appeared on the magazine cover announcing she would be a mother/grandmother through the surrogate motherhood technique in the US. She has given life to Ana Sandra, her biological granddaughter and daughter of her son Aless Lequio. If you got tangled up, so did I at first.
Ana Obregón used the surrogacy technique in the United States to give life to the daughter of her son, Aless Lequio, who died in 2022 from cancer. She stated that she fulfilled the last will of her deceased son, which was to be a father. He kept frozen samples of his sperm before beginning chemotherapy treatment, which were later used to achieve the goal of pregnancy together with an egg donor and a woman who rented her womb.
Surrogate motherhood, also known as surrogacy, is an assisted fertilization technique through which a woman commits to carry out a pregnancy and deliver the child after birth to another person or couple, giving up her rights as a mother.
The story has sparked a legal and ethical debate, especially in Spain since Spanish legislation considers this practice a form of violence against women. Furthermore, surrogacy is not legal in that country, and there is a whole legal discussion about how she will take the baby to Spain to live with her.
There are two types of surrogacy; the commercial one is legal, that is, legislation regulates said procedure and happens in countries such as Russia, Ukraine, Israel, Georgia, Kazakhstan, Belarus, and some states of the United States. The other is altruistic, which is legal but should only be carried out for selfless purposes, as it happens in Canada, the United Kingdom, Greece, Australia, Brazil, Uruguay, India, and South Africa.
While writing, I do not know if I’m writing science fiction or a real story. This kind of thing overwhelms me because I am more concerned about the well-being and development of that human being. The choice to be parents for extremely self-seeking purposes overwhelms me, leaving me without any empathy words to share. In addition, the money involved in these situations is dangerous since it can become a big business and exploitation of women. I read that a woman who rents her womb can be paid $30,000 at the minimum.
I have been writing about these new ways of conceiving children for a long time, and the truth is that I had never imagined this equation. I cannot gauge how a person wants to be a “parent” after death, together with the existence of a person who materializes that delusional desire. Will Ana be looking for a replacement for the void left by her son’s departure? In the interview, she said she would not be alone again, but has she thought about the girl? She will be! They teach us to fear death and to fear loneliness. We harbor those feelings of fear for the mere fact of existing. Sometimes I lose hope in humanity, perhaps this is my least hopeful column ever, but I am speechless. As the great poet and educator Gabriela Mistral, Nobel Prize for Literature, says, “Humanity is still something that must be humanized.”