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El asesino brasileño Danilo Cavalcante aterrorizó a los habitantes del sureste de Pensilvania tras fugarse de la cárcel, robar un arma y deambular por las calles para lograr escapar del país. La intensa búsqueda que se realizó hizo que se lograra dar con su paradero. Pero, ¿qué hizo que toda una comunidad del Condado de Chester estuviera en alerta, temiendo por su seguridad al encontrarse este prófugo deambulando por sus calles?

El entonces prófugo fue declarado culpable de asesinato premeditado por el homicidio de su exnovia, Deborah Brandao, quien la mató delante de sus hijos en 2021 y recibió una condena de cadena perpetua. La historia cuenta que ella lo confrontó por un delito que se le imputaba en Brasil, y por esta razón quiso poner término a esa relación. Los fiscales manifestaron que Cavalcante asesinó a su pareja para evitar que ella lo denunciara a la policía en Brasil.

Pero la historia es algo más profunda que ese hito, ya que se ha revelado a través de los relatos que han expresado sus cercanos, que la relación que mantenían era violenta ya que él ejercía un comportamiento abusivo sobre ella.

Esta historia me permite exponer la espiral de violencia en la que se somete una mujer cuando se vincula sentimentalmente con un hombre que tiene comportamientos violentos. Ya sea físicos, emocionales o sexuales, puede llevarla a la muerte, igual como le sucedió a Deborah.

En Estados Unidos no existe una ley que reconozca el delito de femicidio, definido en términos generales como “el asesinato intencional de mujeres por el hecho de ser mujeres”, lo que no significa que no se sancionen los asesinatos a mujeres. En muchos estados, las leyes de homicidio agravado o asesinato en primer grado pueden abordar circunstancias en las que una mujer es asesinada debido a su género o por razones de género. En general, el sistema legal de Estados Unidos se preocupa de la violencia de género y busca castigar a los responsables de asesinatos y homicidios agravados, independientemente de si se utilizan términos específicos como “femicidio” en la legislación.

El femicidio se encuentra tipificado en 18 países de Latinoamérica, entre ellos están Chile, Colombia, Uruguay y Argentina. Este delito es la forma más extrema de violencia de género (VG). Sin embargo, en América Latina se utilizan dos términos para designar los asesinatos de mujeres por razones de género: feminicidio y femicidio, lo que ha generado amplios debates en la región. Estas diferencias conceptuales han llevado a que estadísticamente no se esté contando lo mismo que en otro país; por lo tanto, los datos que se extraen dificultan realizar análisis comparativos.

Pese a los problemas conceptuales que se presentan, es importante mencionar las cifras que se han podido extraer. Se estima que 81.100 mujeres y niñas de todo el mundo fueron asesinadas intencionadamente en 2021, y que cerca del 56% de ellas fueron asesinadas por sus parejas o familiares, según un informe de la ONU denominado “Gender-related killings of women and girls (femicide/feminicide)” del 2022. Según los datos entregados por el Violence Policy Center: 2.059 mujeres fueron asesinadas por hombres en 2020 en Estados Unidos y que el 89% de ellas conocía a sus agresores.

Es importante mencionar que la violencia contra la mujer no es algo que se erradique solo con legislación que sancione tales hechos. La educación desde temprana edad puede ayudarnos enormemente a prevenir la violencia de género. La violencia es algo cultural y transformar esos patrones de conducta es un trabajo de todos los integrantes de la sociedad.

The crime behind Danilo Cavalcanti’s escape

Brazilian murderer Danilo Cavalcante terrorized the residents of southeastern Pennsylvania after escaping from prison, stealing a weapon, and wandering the streets to evade capture and leave the country. The intense search that ensued eventually led to his apprehension. But what caused an entire community in Chester County to be on high alert, fearing for their safety with this fugitive roaming their streets?

The then-fugitive had been convicted of premeditated murder for killing his ex-girlfriend, Deborah Brandao, in front of her children in 2021, and he got a life sentence. The story goes that she confronted him about a crime he was accused of in Brazil, so she wanted to end their relationship. Prosecutors argued that Cavalcante killed his partner to prevent her from reporting him to the police in Brazil.

However, the story is more profound than that single event. It has been revealed through accounts by those close to them that their relationship was violent, with him exerting abusive behavior towards her.

This story allows me to highlight the cycle of violence a woman can be subjected to when romantically involved with a man who exhibits violent behaviors. Whether physical, emotional, or sexual, it can lead to her death, just as it happened to Deborah.

In the United States, no specific law recognizes the crime of femicide, broadly defined as “the intentional killing of women because they are women.” This does not mean that murders of women are not punished. In many states, laws on aggravated homicide or first-degree murder can address circumstances in which a woman is killed for gender or gender-related reasons. In general, the U.S. legal system addresses gender violence. It seeks to punish those responsible for murders and aggravated homicides, regardless of whether specific terms like “femicide” are used in legislation.

Femicide is classified as a crime in 18 Latin American countries, including Chile, Colombia, Uruguay, and Argentina. This crime represents the most extreme form of gender violence (GV). However, in Latin America, two terms, “feminicide” and “femicide,” refer to the killing of women for gender-related reasons, leading to extensive debates in the region. These conceptual differences have made obtaining consistent statistics across countries challenging, complicating comparative analysis.

Despite the conceptual challenges, it is essential to mention the available data. An estimated 81,100 women and girls worldwide were intentionally killed in 2021, with approximately 56% of them being killed by their partners or family members, according to a 2022 UN report titled “Gender-related Killings of Women and Girls (Femicide/Feminicide).” According to data from the Violence Policy Center, 2,059 women were killed by men in the United States in 2020, and 89% of them knew their attackers. It is important to note that eradicating violence against women cannot be achieved solely through legislation that punishes such acts. Education from an early age can play a significant role in preventing gender violence. Violence is a cultural issue, and transforming these behavior patterns is the responsibility of all members of society.